El pensador
positivo no se descorazona nunca? Claro que sí. Es un ser humano, sujeto a las
alzas y bajas de los estados de ánimo, pero no se mantiene descorazonado porque
ha aprendido a manejar este sentimiento.
El espíritu
es variable, una mezcla de luces y sombras, alzas y bajas, alegría y
melancolía, una variación rítmica de niveles.
Es más fácil dejarse llevar de la fase descendente del ciclo que
mantener el espíritu en la fase ascendente, pues esto último exige deseo,
voluntad y esfuerzo, junto con un patrón de pensamientos elevados.
Cuando baja,
déjelo bajar, pero mentalmente haga que
su control mental restablezca rápidamente la dirección ascendente. De esta manera, aun cuando el desaliento se
presente a intervalos, usted no debe ceder a él ni aceptarlo permanente.
No es
necesariamente un proceso fácil llegar a dominar el desánimo. Requiere cierta técnica. Es preciso entender las causas de las
actitudes descorazonadoras. Una vez que
usted comprenda la variabilidad del espíritu, el paso siguiente consiste en desarrollar
la comprensión de la ley del espíritu y entender los ciclos de los estados de ánimo.
En seguida
debe usted estudiar técnicas prácticas y eficaces de aceleración
espiritual. Debe investigar y
experimentar con diversos levantadores del ánimo hasta que encuentre
procedimientos que le den buenos resultados y sean adaptables a las
características especiales de su personalidad.
Podemos
utilizar el desaliento para encubrir nuestros fracasos y racionalizar nuestra
incapacidad para actuar con éxito. Así, nos podemos decir defensivamente: “Yo
ya sabía que no sería capaz”. Y luego nos retiramos a las oscuras sombras de la
mente y nos consolamos.
Por otra
parte, existe en todas las personas, pero en unas más que en otras, lo que
podríamos llamar una tendencia masoquista o de autocastigo. Parece que tales personas necesitaran la
autoflagelación, no en una forma dramática sino en la forma más leve de
acariciar pensamientos sombríos y melancólicos.
Sienten cierta satisfacción encerrándose en la tristeza y la
depresión. Es cierto que esta reacción
linda con lo anormal, pero no todo el mundo es perfectamente normal en todas
sus reacciones. Sin embargo si es
posible ser normal, lo cual es uno de los objetivos del pensamiento positivo.
Cuando uno se
muestra firme y decidido, una tendencia destructora inevitablemente y
retrocederá, y si usted continua asumiendo el control, la tendencia al fin
desaparecerá. Una segunda técnica es utilizar el silencio como lo describí en
un plan que incluí en un folleto de 34 páginas, tamaño de bolsillo,
titulado 10 Minutes a Day tú a Better
Way, que han leído y practicando más de un millón de personas.
El plan
cosiste en dedicar todos los días diez minutos a procesos de pensamiento
cuidadosamente seleccionados. El buen
resultado dependerá de la regularidad con que se siga el método. Si se practica
un día, dos días, tres días y luego se salta uno o más, se anulan los valores
que traen los peridoso regulares y constantes de diez minutos.
Voy a darles
una formula práctica, de tres puntos, para librarse de la depresión y el
desaliento 1) ECHELO FUERA REZANDO. 2) HABLANDO DE EL, Y 3) PENSANDO.
He indicado
anteriormente que en mi vida de trabajo
he tenido la suerte de que no se me haya dado nunca un empleo fácil. He sido
pastor de cuatro iglesias y cuando empecé, cada una de ellas estaba fuertemente
endeudada, su feligresía era escasa, y su futuro, lejos de ser prometedor, era más
bien incierto. Había, pues, tocando
fondo; pero el fondo es un buen lugar para comenzar, puesto que el único camino
para salir de él es hacia arriba.
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