John W. Galbreath ha sido un precursor en la reconstrucción de
la zona comercial y del puerto fluvial de la ciudad, ha construido grandes
instalaciones en todas partes del mundo, como por ejemplo el importante sector
de Mei Foo, en Hong Kong. Era propietario del club de beisbol Pirates of
Pittsburgh. Hombre amable y sociable, conserva en sus años maduros, y después de
haber logrado grandes éxitos, la misma humildad sencilla que lo ha
caracterizado toda la vida. Pero junto con su modestia tiene una mente viva y
alerta que lo condujo de la pobreza a una a una posición de alto nivel en el
mundo. El niño campesino que salió de la pobreza es hoy amigo de presidentes y
de la reina Isabel II. Como se hizo este
milagro de realización? John Galbreath les dirá a ustedes que se produjo en
primer lugar por el deseo, un intenso deseo.
Esa es la fórmula básica para lograr la meta: la intensidad del
deseo. A eso agregado una humilde fe en
Dios, un carácter recto y un interés comunicativo en las personas, que hoy se
desviven por honrarlo, no por su riqueza sino por lo que él es: un ser humano
honrado, amable, humilde, y muy capaz.
Su historia es la de un pensador positivo: que fija metas y las alcanza.
Una de las mayores demostraciones de como un pensador
positivo motivado realiza sus metas es la historia del inolvidable campeón Olímpico
Jesse Owens. Una noche durante una
comida de la Asociación de Editores de Periódicos de Ohio, me senté al lado de
Jesse Owens en la mesa de honor y lo interrogue acerca de su vida y su
carrera. Me contó que había nacido en el
seno de una familia negra de muy limitados recursos. “Éramos pobres
materialmente pero ricos espiritualmente”, me dijo; y agrego que cuando niño
era de constitución delgada, casi flaco, por debajo del promedio físico normal. Pero su madre, positiva y creyente, le aseguraba
que está llamado a realizar grandes cosas en la vida, que sería un personaje,
pero la madre le recordaba siempre la ayuda divina diciéndole: “Tu ten fe y se
fiel, será guiado”. Cuenta él que Charlie
Paddock una vez avanzo hasta el borde del proscenio, se metió las manos en los
bolsillos traseros del pantalón, y cuando se hizo profundo silencio, pregunto
con voz fuerte y clara: “Saben ustedes quiénes son? No lo saben verdad? Pues yo
se los voy a decir. Ustedes son mis compatriotas y son hijos de Dios”. Jesse Owens me conto que en ese instante súbitamente,
se le vino la idea de que era lo que él quería ser: se le formo su meta. Quería ser el sucesor de
Charlie Paddock, el hombre más veloz del mundo, él corrió a estrecharle la mano
y con una voz de reverencia me dijo:” Cuando tuve entre las mías las manos de
Charlie, un impulso eléctrico me paso por el brazo y me recorrió todo el cuerpo”. Corrió a buscar al entrenador: “Entrenador,
tengo un sueño, tengo un sueño. Voy a
ser el hombre más veloz del mundo” y el entrenador le dijo al niño: “Esta bien,
Jesse que tengas un sueño, un sueño grande.
Jamás subirás más alto de lo que puedas soñar: pero si puedes subir tan
alto como sueñas si trabajas para ello, si tienes fe y perseveras. Para
realizar tu sueño tiene que ascender por una escala de 4 peldaños: 1)
RESOLUCION. 2) DEDICACION. 3) DISCIPLINA. 4) ACTITUD”.